Del Proceso al Impacto: Humanizar la Experiencia del Candidato y Elevar el Rol del Talent Partner

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Julia Sánchez

Soy Julia, Marketing Manager de Teamtailor para España y LATAM, y estoy encantada de poder seguir aprendiendo sobre RR. HH. Me encantan la psicología y la filosofía, ¡sobre todo si están relacionadas con temas de RR. HH.!

En un momento en el que la eficiencia y la automatización dominan el discurso del reclutamiento, la verdadera ventaja competitiva no está en hacer más, sino en hacer mejor. Así nos lo cuentan María Sancho, Head of People and Culture en WOW; Esther Pla, responsable de Selección y Talento en Multiópticas; Javier Rodríguez, Finance & Production Talent Acquisition Lead en idealista; y David Santamaría, Recruitment Manager de TRIGO.
👉 la tecnología solo tiene sentido si nos permite ser más humanos.

Humanizar empieza por escuchar

“Una experiencia de candidato humana es aquella en la que la persona se siente valorada y comprendida durante todo el proceso”, compartía uno de los ponentes. Detrás de cada automatización debe haber una persona real que observa, decide y comunica con empatía.
En idealista, por ejemplo, apuestan por una primera llamada telefónica en lugar de un simple email. “Invertir tres minutos en hablar con un candidato puede marcar la diferencia entre una interacción fría y una conexión auténtica.”

El reto está en equilibrar volumen y cercanía. En sectores como el retail, donde la rotación y el ritmo de contratación son altos, empresas como WoW han aprendido a combinar automatización con estrategia de marca empleadora, cuidando cada mensaje para reflejar la identidad de la compañía. “Nuestro proceso tiene que sorprender al candidato tanto como nuestras tiendas sorprenden al cliente”, señalaban.

Del dato al impacto

El talento no se gestiona solo con intuición: también con datos. Pero los datos, como recordaban en la mesa, solo sirven si impulsan acción.
“Nos pasamos horas analizando métricas que no cambian nada”, reflexionaba una de las participantes. La clave está en centrarse en los pocos indicadores que realmente miden impacto: tiempo medio de contratación, tráfico a la página de empleo o satisfacción del candidato.
idealista ha dado un paso más al identificar los “momentos de la verdad” del proceso: aquellos puntos críticos que determinan si la experiencia será recordada o no. Y han aprendido algo curioso: nunca comunican descartes en viernes, para no dejar al candidato con mal sabor de boca todo el fin de semana. Pequeños gestos que dicen mucho.

El rol del Talent Partner: del ejecutor al socio estratégico

Humanizar también significa elevar el rol de quien recluta.
Convertirse en un Talent Partner implica hablar el lenguaje del negocio, medir resultados, y sobre todo, demostrar impacto. Como apuntaban desde idealista, “nuestro valor no está solo en atraer talento, sino en conectar los datos del proceso con los objetivos de la compañía”.

Esto exige también educar al negocio. Preparar entrevistas con los managers, acompañarles para que sean embajadores de la marca y recordarles que cada conversación con un candidato es una oportunidad para fortalecer o debilitar la reputación de la empresa.
El tiempo invertido en preparar esas entrevistas —aunque parezca poco “eficiente”— es precisamente lo que hace el proceso más humano y más eficaz.

Automatizar para humanizar

La tecnología no sustituye la empatía; la amplifica.
Los participantes coincidieron en que la automatización puede ser el mejor aliado para ofrecer experiencias personalizadas a gran escala. Desde mensajes de bienvenida automáticos que transmiten la cultura de la empresa, hasta webs de empleo bien trabajadas que ahorran tiempo y conectan emocionalmente con el candidato antes incluso de la primera entrevista.

Como señalaban desde WoW y Multiópticas, automatizar las primeras fases permite liberar tiempo para invertirlo donde más importa: las conversaciones.
“El reto no es automatizar menos, sino hacerlo con intención, con tono y con propósito”, resumían.

De candidato a embajador

La experiencia no termina cuando se firma la oferta.
Empresas como WoW o Multiópticas han trasladado esa misma coherencia al onboarding, cuidando los primeros días del nuevo empleado con mentores, acompañamiento y programas de bienvenida personalizados.
Porque un proceso verdaderamente humano no busca solo contratar, sino crear vínculos duraderos y coherentes con la cultura de la organización.


Conclusión

Humanizar la experiencia del candidato no es un lujo; es una estrategia.
En un entorno cada vez más impulsado por la IA y la automatización, el nuevo talento busca autenticidad, propósito y conexión.
Y ahí es donde el Talent Partner se convierte en un verdadero agente de impacto: alguien que no solo gestiona procesos, sino que construye experiencias que inspiran, fidelizan y diferencian.

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